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Historia del Mosaico

[HISTORIA] El mosaico de Noheda

En 2005, los arqueólogos sacaron a la luz cerca de Cuenca un bello mosaico figurativo perteneciente a una lujosa villa del siglo IV. Ahora, tras varios años de trabajo, estudio y restauración, la villa ha abierto al público y los visitantes podrán admirar uno de los mosaicos más importantes de la época en ese país.

El hallazgo de los mosaicos de la villa romana de Noheda ha sido uno de los descubrimientos más relevantes para la arqueología en los últimos años. El yacimiento se ubica 18 kilómetros al norte de la ciudad de Cuenca, cerca de la localidad de Noheda, una pedanía (*) del municipio de Villar de Domingo García.

La existencia de restos romanos en la zona ya era conocida desde hacía tiempo. Algunos autores, como Alonso de la Cruz, en su mapa denominado Atlas de El Escorial, de 1554, destacaron el nombre que tenía por entonces la actual localidad de Villar de Domingo García: el «Villar de la Vila».

Fue en el informe de J. Santa María, publicado por el Boletín de la Real Academia de la Historia en 1893, cuando por primera vez se describió de manera concisa el yacimiento y se mencionó la presencia de mosaicos: el documento hacía referencia a la aparición de escorias, cerámicas, mármoles e «indicios de mosaicos superiores compuestos por vidrios de colores» en un yacimiento situado en el paraje llamado Cuesta de los Herreros. Además, destacaba la existencia de «una muralla de 80 a 100 metros de longitud que parece indicar el cerramiento de una población de importancia». Poco después, en 1897, Francisco Coello también se hizo eco de la existencia de unas ruinas romanas en Noheda, insistiendo en la presencia de teselas.

UNA VILLA SALE A LA LUZ

En el siglo XX, varios autores describieron el enclave. Así, en 1966, Julio Larrañaga analizó el yacimiento y, apoyado en la proximidad de la vía 31 descrita en el itinerario de Antonino –una guía de las rutas del Imperio romano–, identificó, erróneamente, los vestigios romanos con la mansio (una especie de casa de postas oficial) de Urbiaca.

A partir de finales de la década de 1970, varios arqueólogos se hicieron eco de los restos detectados en superficie. Gracias a ellos y a diversos hallazgos de cerámica y algunas monedas, pudieron identificar el asentamiento como una villa tardorromana, datada entre los siglos III al V.

A mediados de la década de 1980, como consecuencia de unos trabajos agrícolas, los propietarios y el encargado de la finca pudieron admirar una parte del mosaico conservado: los rostros de dos figuras que fueron identificadas como el príncipe troyano Paris y su amante Helena. Sin embargo, tuvieron que pasar cerca de veinte años hasta que se llevó a cabo la primera campaña arqueológica, a finales de 2005. Ésta se planteó como una exploración de reducidas dimensiones cuyo único objetivo era la localización de la parte del mosaico que había sido descubierta y tapada en los años ochenta.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INTEGRAL

En 2008 se inició una nueva etapa cuyos objetivos fueron el estudio integral del enclave arqueológico, sin olvidar por ello el mosaico. De hecho fue en ese año cuando se excavó completamente el enorme triclinio o comedor con tres ábsides, de 290 metros cuadrados, donde se encontraba el famoso mosaico.

Este consta de seis paneles figurativos realizados en su mayor parte con opus vermiculatum, una de las técnicas más complejas usadas en la elaboración de mosaicos. El primero (panel A) representa la carrera entre el rey Enómao y Pélope, pretendiente de su hija Hipodamia.

Sobre esta escena principal, hay otra de menores dimensiones que evoca un circo. En el panel B aparecen una escena con una compañía teatral y otra de menores dimensiones cuyos personajes aluden a diversos tipos de competiciones. El panel C refleja el juicio de Paris y el rapto de Helena, y el D plasma un excepcional cortejo dionisiaco. El E es muy similar al B, apreciándose sólo ligeras variaciones en la posición y dinamismo de las figuras. Por último, el panel F muestra motivos marinos.

DIFUSIÓN MUNDIAL DEL HALLAZGO

Dada la excepcional calidad del mosaico, un equipo de arqueólogos y restauradores acometió la exhumación, limpieza y primeras labores de consolidación de los pavimentos. En unos trabajos que se alargaron hasta 2009, se procedió a la retirada de los últimos centímetros de tierra, que debía hacerse en perfecta coordinación para evitar que se generase y endureciese la costra de carbonato cálcico sobre el mosaico.

A partir de 2010, una vez excavados completamente los pavimentos, comenzaron a difundirse de manera rigurosa diversos aspectos de la villa, sobre todo de sus mosaicos, a través de publicaciones en las que se pone de manifiesto la relevancia del yacimiento. También se ha participado en foros especializados (sin olvidar otros de carácter divulgativo) tanto nacionales como internacionales, lo que ha otorgado una dimensión mundial a los tapices musivos.

Esas labores de difusión han propiciado que sean muchos los investigadores que se han interesado por el mosaico de Noheda. Katherine Dunbabin, una de las más grandes especialistas en arte musivario, declaró: «Es el mosaico más impresionante que he visto de todo el Imperio romano».

Además, el trabajo realizado por todos los agentes implicados ha permitido avanzar en la protección del yacimiento, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2012. En la actualidad ya se dispone de un edificio para salvaguardar los mosaicos y permitir su exhibición al público una vez se hayan completado los trabajos de restauración.

UN MOSAICO REALMENTE ÚNICO

Por numerosas razones, el mosaico de Noheda es excepcional y no se conoce en el territorio de Hispania ningún otro pavimento figurativo con estas dimensiones. Además, en todo el Imperio no se encuentran ejemplos de mosaicos con unas características análogas a éste, es decir, que cuenten con su gran profusión iconográfica y con una estructura tan compleja y variada. A todo esto se suma su excelente estado de conservación.

La composición resulta sumamente interesante, ya que presenta una peculiar combinación de temáticas mitológicas, representaciones de diversos ludi (juegos) y alusiones a géneros literarios y teatrales. Las diversas escenas que integran el mosaico se articulan entre sí con un claro estilo narrativo que permite seguir la secuencia de los diferentes episodios de un mito o de una alegoría, además de los contenidos transversales que presentan entre ellas.

Con todo, las excavaciones arqueológicas en Noheda continúan. Hasta la fecha sólo se ha desenterrado el diez por ciento del total del yacimiento, por lo que los investigadores consideran que la villa romana de Noheda aún esconde buena parte de sus tesoros.

(*) Pedanía: Núcleo de población pequeño y con pocos habitantes que depende de un municipio y que está bajo la jurisdicción de un alcalde o de un juez.


Música y pantomimos

Un joven toca un órgano hidráulico al que dos niños dan aire mediante unos fuelles. Junto a ellos, los componentes de la pantomima. Mosaico de la Sala Triabsiada, villa romana de Noheda.


Un lujoso triclinio

Vista cenital del triclinio o comedor con su espectacular pavimento de mosaico. Villa romana de Noheda.


Paris y Helena

Dos magníficos mosaicos con escenas figurativas. En el registro superior, un cortejo dionisiaco, y en el inferior, diferentes escenas relativas al príncipe troyano Paris y a Helena de Esparta.


Restauración de los mosaicos (I)

Tras sacar a la luz los mosaicos de la villa romana de Noheda, los restauradores han aplicado diversas medidas para garantizar su conservación. Así, se eliminaron de inmediato las concreciones de cal antes de su endurecimiento, para no tener que limpiar el mosaico con sustancias químicas.


Más que mosaicos

En la villa de Noheda han aparecido numerosos materiales arqueológicos: cerámicas, teselas de vidrio (algunas cubiertas con pan de oro), fragmentos de vidrio, piezas de mármol de procedencia muy variada, tejas, ladrillos y cantos rodados, además de varios fragmentos de esculturas de mármol de bella factura.


Restauración de los mosaicos (II)

Los restauradores han adherido asimismo las teselas a su base de pavimento en determinadas zonas y, para evitar desprendimientos, se han enrasado y sellado los bordes exteriores del mosaico y los de las lagunas que éste presentaba.

 


Fuente: National Geographic
Autor: Miguel Ángel Valero Tévar
Ph. Gentileza: José Latova y Artelan
Edición: Vanesa Galizia – Analía Pelaia

 

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